No importunes a nadie sobre su religión:
Respeta el parecer de los otros
y exige que respeten el tuyo.

Ama tu vida, perfecciónala.
Hermosea todas las cosas de tu vida.

Intenta que tu vida sea larga
y su propósito el servicio a tu gente.

Prepara una canción mortuoria noble
para el día en que cruces la gran divisoria.

Canta tu canción mortuoria
y muere como un héroe que vuelve a casa.

Ten siempre una palabra o signo de saludo para cuando
te encuentres o cruces con un amigo, incluso un extraño,
cuando estés en un lugar solitario.

Muestra respeto hacia todas las personas
y no te arrastres ante nadie.

Cuando despiertes por la mañana da gracias
por la comida y por el gozo de vivir.
Si no ves razones para dar gracias,
la culpa es solo tuya.

No abuses de nada ni de nadie, porque el abuso
convierte al sabio en necio y le roba el espíritu de su visión.

Vive con rectitud para que cuando te llegue el día de morir
no seas como aquellos cuyos corazones están llenos de miedo a la muerte,
y lloran y rezan por un poco más de tiempo
para vivir sus vidas de nuevo forma diferente.